El Midrash se pregunta ¿por qué la Tora fue entregada en el Sinaí, siendo una montaña tan pequeña, hay varios otros montes mucho más imponentes? y los rabíes responden: por la humildad. Al igual que Dios se presentó en una pequeña zarza ardiendo, el Todopoderoso quiso demostrar el poder de la humildad.
Entonces el Kotzker Rebbe se preguntó, ¿si así lo hubiese querido hacer, porqué entonces no entregó la Tora en un valle? ¿Para qué hacerlo en un monte después de todo?
Y su respuesta es: que la humildad solo tiene lugar si sos una montaña. Que tenés que tener algo por lo que ser humilde, para que tu humildad sea real.
En esta Parasha se nos habla sobre el gran líder que tuvo el pueblo de Israel y un atributo muy particular, aparece al final de la parashá, una característica de Moshe, por la que fue especialmente recordado en el final de su vida: Moshe era el hombre más humilde de toda la tierra.
La humildad es una característica que ha pasado de moda.
No es la virtud que solemos enseñar ni mucho menos practicar. Hoy no es un rasgo del carácter que nadie pondría en su currículum a la hora de conseguir nada.
Hoy hay que ser un tipo despierto, rápido, emprendedor, ganador y carismático.
En lo posible deportista, mediático y definitivamente adinerado.
Nos podríamos preguntar por qué la Tora le da a su más prominente figura, al líder de la revolución monoteísta, al generador de un cambio cultural y social, al fundador de una cosmovisión de la religiosidad, al hombre al que hemos llamado por siglos “nuestro maestro”, solamente esa característica: el más humilde de la tierra.
Subestimamos la humildad. Tan grandiosa y difícil virtud.
Porque para ser humilde en verdad, hay que ser muy grande.
La humildad nada tiene que ver con el silencio desapercibido, con la falta de creatividad, o con una personalidad apagada y sin carisma.
Falsa humildad es la que se arrogan aquellos que poco o nada han hecho de sus vidas y sus oportunidades, escudándose en la dimensión de lo humilde.
Es cuando haces algo por y para el mundo, y aún así sos un ser humilde, es que sos realmente humilde.
Moshe era “Anav mikol adam”, el más humilde de todos los hombres, porque tenía la mayor causa para no serlo. Sabía de sus dones, pero también de sus limitaciones.
La humildad es el reconocimiento de que los demás también tienen un lugar en este mundo. La humildad es la característica que le da la Torá al ser más extraordinario de la historia, no solo porque fue humilde frente a Dios, sino especialmente frente a los hombres. La única imagen de Dios en la tierra.
Que en este Shabat podamos aprender nuestro de maestro Moshe y hacer grandes obras para nuestra vida sin perder nuestra humildad.
Te deseo Shabat Shalom Umevoraj!
Rab Fada.
Volver |