Ofrendarnos - Constituirnos
Por Rab. Damián Karo


“Shimón el piadoso solía decir: el universo se sostiene sobre tres pilares: Torá —enseñanza— (estudio), Avodá —servicio— (plegaria) y Gmilut Jasadim —hacer bondades— (buenas acciones para con otro).” (Avot 1 : 2)
Según nos enseñan los místicos de Israel, el espíritu de la persona se expresa a través de tres vestimentas: Pensamiento, habla y acción. Bien podemos decir que se relacionan con las tres líneas de trabajo personal: Torá / pensamiento, Avodá / habla y Gmilut Jasadim / acción. Vemos entonces que las dos primeras son de un trabajo de introspección mientras que la tercera es cómo llevarlo a la práctica, y en la necesidad que sea con otro.

No se trata de dar lo que tenemos a quien no lo tiene y sentirnos afortunados. Gmilut Jasadim es ofrendarnos en igualdad de condiciones. Obrar a sabiendas que damos y necesitamos recibir.
“Rabí Jagai en nombre de Rabí Itzjak dijo: Todos necesitamos de Jesed (bondades), aun Abraham que la bondad gira en el mundo gracias a él lo necesitó, como está escrito: “y has un Jesed con mi señor Abraham” (Bereshit 24 : 12)”. (Bereshit Rabá)

El Talmud nos enseña cuan diferente es Gmilut Jasadim de Tzedaká. “Estudiaron nuestros Sabios: en tres aspectos es superior Gmilut Jasadim a Tzedaká: la Tzedaká se hace con sus bienes, Gmilut Jasadim tanto con su cuerpo como con sus bienes, Tzedaká se hace con los pobres, Gmilut Jasadim tanto con los pobres como con los ricos, Tzedaká se hace con los vivos, Gmilut Jasadim tanto con los vivos como con los fallecidos.” (Sucá 49 B)

El estudio y la oración son de vital importancia en nuestra tradición. Mas lo principal es la acción. Nuestro vinculo con los otros es lo que nos constituye. Aquello que estudiamos y por lo que oramos es indispensable... para la práctica, que es en quienes nos transformamos.
“Estaban Rabí Tarfon y los Sabios reunidos cuando surgió la pregunta: ¿Cuál es superior el estudio o la práctica? Rabí Tarfon: la práctica, Rabí Akiva: el estudio y todos respondieron y concluyeron: el estudio es superior, pero el estudio que trae a la práctica” (Kidushin 40 : B)

Las enseñanzas milenarias de nuestra tradición solo están para ayudarnos a construir nuestro ser. Esta tarea consta de dos etapas, primeramente la que desarrollamos con nosotros mismos y sólo después la que practicamos. Acciones que no son mera expresión de quienes somos sino que es a través de ellas que somos. La Torá misma es un tratado de Gmilut Jasadim.
“Enseñó Rabí Simblaí: la Torá comienza y concluye con Gmilut Jasadim, al principio como dice: “Hizo Di-s a Adam y a su mujer ropas de cuero y los vistió” (Bereshit 3 : 21) y al final como dice: “y lo enterró (a Moshé) (Debarim 34 : 6).” (Sotá 14 A)

El estudio y los rezos que no conducen a acciones bondadosas están siendo desvirtuados.
“Dijo Rabí Elazar: “Su boca abre con sabiduría y la Torá (enseñanza) de Jesed (bondad) está sobre su lengua” (Proverbios 31 : 26) ¿Acaso hay una Torá de Jesed y otra que no? Sino que si el estudio de la Torá es en aras de algo superior es de bondad de lo contrario, no. Y hay quienes opinan que si el estudio es con el fin de enseñarlo es llamado de Jesed y de lo contrario, no.” (Sucá 49 B)

La enseñanza (Torá), tal vez, no sea más que esto. Un cómo relacionarnos con el otro. Nuestros momentos de meditación y oración apuntan a nuestro crecimiento personal. Que solamente tendrá lugar en la dimensión de la praxis.

Damián Karo

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